lunes, 22 de febrero de 2010

Los diez grandes inventos de la evolución; Nick Lane



Para el bioquímico de la Universidad de Londres Nick Lane y uno de mis divulgadores favoritos. Los diez grandes inventos de la evolución son:

  1. El origen de la vida
  2. El ADN
  3. La Fotosíntesis
  4. La célula compleja
  5. El sexo
  6. El movimiento
  7. La visión
  8. La sangre caliente
  9. La conciencia
  10. La muerte.


La lista de Lane es subjetiva, pero apropiada, puesto que responde a criterios explícitos que limitan las innumerables opciones: han de ser revolucionarios para todo el mundo vivo y el planeta en general; además, han de tener importancia en la actualidad; han de ser resultado directo de la evolución y, finalmente, han de ser invenciones ‘icónicas’, como la doble hélice del ADN, probablemente el mayor icono no ya de la biología sino del mundo en esta era de la información

A mí casi todas me parecen obvias, menos la primera. La que más me gusta es la última, que no se me habría ocurrido, aunque tiene todo el sentido.

Conviene aquí recordar que la ciencia no se ocupa de cómo se puede levitar, sino de como caemos (a 9,8 metros por segundo al cuadrado de aceleración); es decir, que se ocupa de elucidar las reglas, no las excepciones.

En este pasado año que se han prodigado los libros sobre evolución por el centenario de Darwin y el de la publicación de El Origen de las especies sólo puedo decir una cosa: es a mi juicio el mejor libro que se ha publicado sobre este tema.

viernes, 19 de febrero de 2010

Los 17 libros que más me han gustado en 2009 y principios de 2010, más una de música y otra de tele



Jean Giono: Homenaje a Melville (Ensayo literario)

J.M. Coetzee: Mecanismos internos (Ensayos varios)

Nathaniel West: El día de la langosta (Narrativa)

Jenny Disky: Mi hermano Stanley (Memorias)

Tristan Todorov: El hombre desplazado (Memorias)

Russell Shorto: Los huesos de Descartes (Ensayo)

Chris Ware: Catálogo de novedades Acme (Cómic)

Fred Vargas: Un lugar incierto (Narrativa policial)

Michio Kaku: Física de lo imposible (Divulgación científica)

Luciano Egido: Los túneles del paraíso (Narrativa hispana)

Robert Crumb: El Génesis (Cómic)

Ednodio Quintero: Combates (Narrativa hispana)

Dennis Lehane: Cualquier otro día (Narrativa anglo)

John Elliott: España, Europa y el mundo de ultramar (Div. Histórica)

Paolo Zellini: Breve historia del infinito (Filosofía, matemáticas)

Richard Price: La vida fácil (Narrativa anglo)

Wislawa Szymborska: Lecturas no obligatorias (ensayitos)


Música: Historia del piano jazz, Harmonia Mundi



Cine: Serie de TV de HBO; The Wire, cinco temporadas

miércoles, 17 de febrero de 2010

La Europa dividida- 1559-1598 de J.H. Elliott


El gran historiador e hispanista inglés John H. Elliott le dedicó un libro espléndido hace más de cuarenta años al estrecho periodo de la Historia de Europa que va de 1559 a 1598, cuarenta años escasos que él llamó de la Europa dividida.

¿Puede un libro de alta divulgación histórica sobre un espacio de tiempo tan pequeño como lejano resultar fascinante? La verdad es que sí, más cuando el propio autor lo ha actualizado el año pasado, otros cuarenta años más tarde. Porque el periodo elegido no es desde luego caprichoso, sino de cambios profundos y casi repentinos, conmociones políticas y religiosas y enfrentamientos entre estilos de sociedades que se prolongan hasta nuestros días.

En fin, las virtudes de la historia “narrativa”, las delicias de una prosa medida y exquisita que nos cuenta la paz dinástica, la Reforma y la Contrarreforma, que mira al Báltico y al Mediterráneo, que analiza hasta los precios de la plata, cuestiones como la libertad religiosa, el auge y caída de los imperios, en especial del español, el surgimiento del gran enemigo del Islam y el resultado de ese continente dividido al que alude el título entre Norte y Sur.

Una sola pega. La edición de bolsillo tiene una letra minúscula como es ya mala costumbre en esta colección

jueves, 4 de febrero de 2010

El artista y el matemático: la historia de Nicolas Bourbaki, el genio matemático que nunca existió



¿Qué tienen en común Picasso, Lévi-Strauss, Simone Weil, Foucault, Piaget, Lacan y la matemática de conjuntos? Que son hitos trascendentes de la cultura del pasado siglo, pero también –y esto puede resultar más sorprendente- que esos hitos están vinculados entre sí por algo más que la mera coincidencia temporal o de época. ¿Y qué distingue a Albert Einstein, el gran físico que cambió nuestra forma de ver el Universo y al genial matemático Nicolas Bourbaki, que consiguió reescribir la matemática del siglo XX comenzando por sus libros de texto? Que el segundo, el autor de los famosos textos de la década de 1930 en realidad no existió. O mejor dicho, que era el pseudónimo colectivo de un genial grupo de matemáticos.

Las matemáticas puras parecen siempre alejadas del mundo real, salvo por sus aplicaciones –y entonces no son puras- tecnológicas. Y sin embargo, los hallazgos de este grupo de matemáticos puros, tan puros que no tenían ni nombre real, fueron repercutiendo en muchas otras áreas no sólo científicas sino culturales de la prodigiosa centuria, en las corrientes artísticas del arte moderno y en las filosóficas, como el estructuralismo.

Esta es una historia fascinante que relaciona la Teoría de Conjuntos con la Guerra Civil española o al Segunda Guerra Mundial, con Braque, el cubismo y los estudios antropológicos. ¿Y traído por los pelos? Para nada. Es simplemente otra forma, y bien fructífera de contemplar nuestro inmediato pasado. Su autor, el estadounidense Amir D. Aczel ya me rindió servicios anteriores explicándome las implicaciones del Teorema de Fermat o la Teoría del Entrelazamiento.