¿Qué tienen en común Picasso, Lévi-Strauss, Simone Weil, Foucault, Piaget, Lacan y la matemática de conjuntos? Que son hitos trascendentes de la cultura del pasado siglo, pero también –y esto puede resultar más sorprendente- que esos hitos están vinculados entre sí por algo más que la mera coincidencia temporal o de época. ¿Y qué distingue a Albert Einstein, el gran físico que cambió nuestra forma de ver el Universo y al genial matemático Nicolas Bourbaki, que consiguió reescribir la matemática del siglo XX comenzando por sus libros de texto? Que el segundo, el autor de los famosos textos de la década de 1930 en realidad no existió. O mejor dicho, que era el pseudónimo colectivo de un genial grupo de matemáticos.
Las matemáticas puras parecen siempre alejadas del mundo real, salvo por sus aplicaciones –y entonces no son puras- tecnológicas. Y sin embargo, los hallazgos de este grupo de matemáticos puros, tan puros que no tenían ni nombre real, fueron repercutiendo en muchas otras áreas no sólo científicas sino culturales de la prodigiosa centuria, en las corrientes artísticas del arte moderno y en las filosóficas, como el estructuralismo.
Esta es una historia fascinante que relaciona
Parece muy interesante Lansky, pero los que somos de letras, podremos comprenderlo bien?
ResponderEliminarSaludos.
Nora
Sin problemas, Nora: lo puede entender cualquier persona curiosa y cabalmente culta
ResponderEliminarcomo no me encuentro estre estos últimos, se lo pasaré a un amigo que sabrá interpretarlo...gracias, Lansky.
ResponderEliminar¿No eres curioso y culto cabalmente, Dante?
ResponderEliminarNo te creo