martes, 16 de marzo de 2010

Excéntricos ingleses, de Edith Stiwell


Si existe un elemento del alma inglesa que me entusiasma es el de la inmoderada excentricidad (y mirar educadamente para otro lado sin inmutarse si es otro el que la manifiesta); comprendo que el fútbol, el cricket, el tiempo asqueroso, la bruma, el ‘fish and chips’, las mujeres espantosamente feas (Ah, esta jefa de exteriores europeas de ahora), la mala comida peor condimentada, la flema, la música pop, Shakespeare, el periodo isabelino al completo, los sombreros de la reina, y por supuesto, el humor inglés y el Imperio; todo eso está muy bien y es genial, pero yo me quedo con la excentricidad sin más.

No hablo de la excentricidad que escandaliza, como tomar el té a las cinco menos cuarto o cambiarlo por un café con churros (más tolerable). Hablo de la bien tolerada y admitida, hasta bien vista. Hablo de aristócratas anfibios y barbados que viven en inmensas bañeras (lord Rokeby). Hablo de naturalistas aficionados, naturalmente nobles, que se pasean pos sus extensas tierras de Walton Hall a lomos de un cocodrilo. De perturbados en otros países, de ermitaños, de místicos hedonistas propensos a ingerir cantidades desorbitadas de chocolate, ‘letraheridos’, viajeros, patriotas traidores, ermitaños gregarios, militares muy, pero que muy cobardes.

De todos ellos habla el que para mí es el libro más divertido de la literatura inglesa, lo que es mucho decir, y más si se tienen en cuenta que no se considera incurso en al literatura del género humorístico explícitamente sino en la biográfica. Excéntricos ingleses (English Eccentrics) de la así mismo extravagante e inclasificable Edith Stiwell, (1887-1964) poeta, ensayista, biógrafa y perteneciente a una familia de literatos, admirada por Eliot, Connolly (Cyril, por favor), Robert Graves…, que con sus hermanos Osbert y Sacheverell y en la mansión familiar de Renishaaw Hall formó uno de los clanes literarios más famosos de su tiempo. Póstumamente se publico su autobiografía con un título que se las trae: “Taken Care Of”.

Un libro inolvidable, un poema en prosa, una colección de mini biografías, un ensayo, y la lectura más hilarante, con permiso de Wodehouse y Crompton, que haya podido caer en mis manos.

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